EnfraGen Termovalle: La planta de energía que respalda al país y transforma comunidades a través de programas sociales
Esta planta se consolida como un actor clave, no solo en la estabilidad energética del país, sino también en la transformación integral de los territorios donde opera.

En la zona franca del Pacífico, en el sur occidente del Valle del Cauca, se encuentra EnfraGen Termovalle, una de las plantas de generación de energía más importantes de Colombia.
Especializada en un sistema de ciclo combinado, la planta integra turbinas de combustión y de vapor para producir hasta 230 megavatios utilizando gas natural o ACPM.
Más allá de su capacidad técnica, Termovalle ha demostrado su relevancia regional en momentos críticos, tales como la crisis energética que afectó a Ecuador en 2024, cuando la sequía redujo drásticamente la generación hidroeléctrica y Colombia contribuyó exportando energía para aliviar los apagones en el país vecino.
Recientemente, El País visitó las instalaciones de EnfraGen Termovalle y pudo observar de primera mano cómo funciona esta planta de respaldo. Un técnico de operaciones explicó que la turbina de combustión genera energía a partir de gas o ACPM, y que los gases calientes resultantes se canalizan hacia una caldera llena de agua.

Allí, el calor transforma el agua en energía que alimenta la turbina de vapor, produciendo electricidad adicional. “Por eso se llama turbina de vapor”, explicó el especialista, enfatizando que Termovalle actúa principalmente como planta de respaldo, “La energía que consumimos normalmente proviene de las hidráulicas, y nosotros entramos a generar especialmente en época de verano o durante fenómenos como El Niño”.
El técnico también destacó la flexibilidad de la planta gracias a la compuerta diverter, que permite operar la turbina de combustión de manera independiente si la turbina de vapor presenta algún inconveniente, evitando que la planta quede totalmente indisponible. Esta capacidad de adaptación ha sido fundamental no solo para atender la demanda interna, sino también para responder a emergencias regionales, como la exportación de energía a Ecuador.
Además, señaló que, dicha planta, está completamente interconectada con el sistema eléctrico nacional, garantizando que la energía generada llegue a donde más se necesita.
Sin embargo, la relevancia de EnfraGen Termovalle no se limita a la generación de energía. Pues adicional a esto, la planta desarrolla una sólida gestión social, enfocada en el desarrollo integral de las comunidades cercanas, especialmente en siete corregimientos rurales de Palmira: Matapalo, Obando, La Herradura, Rozo, La Torre, La Acequia y Palmaseca.
Entre los programas más destacados se encuentran el “Programa de Seguridad Alimentaria”, que beneficia a familias mediante huertas orgánicas y crianza de aves de corral, y el programa de becas universitarias “Generación EnfraGen”, que apoya a estudiantes de la Universidad Nacional sede Palmira.
El País también visitó el corregimiento de Obando, y allí, los periodistas hablaron con beneficiarios de estos programas. María Nidia Rojas, quien completó los tres años del programa de seguridad alimentaria, relató cómo su vida y la de su familia cambiaron,“Mi familia se ha beneficiado porque ya no debemos comprar algunos alimentos. Hemos aprendido a preparar productos con técnicas orgánicas, como jabones y abonos, y a reutilizar residuos de la cocina para generar abono natural. Ha sido una experiencia muy enriquecedora y quiero seguir aplicando todo lo que aprendí”.

Sandra Bolaños, participante del nuevo ciclo del programa, contó que inició su semillero sin tener experiencia previa y que, gracias al acompañamiento técnico, ha logrado cultivar hortalizas para el consumo de su hogar y proyectar beneficios económicos,“Al principio no sabía nada, pero con su orientación aprendí a sembrar maíz, papa, cilantro y rábano. Este espacio me permite alimentarme, enseñar a mi hijo a cultivar y pensar en un ingreso adicional para mi familia”.
Los especialistas que acompañan estos programas reforzaron el impacto social y ambiental. Juanita Gutiérrez, zootecnista, explicó que el proyecto busca generar beneficios en múltiples dimensiones, “No solo aseguramos la alimentación de las familias, sino que promovemos prácticas sostenibles, bienestar animal y conciencia ambiental. Además, fomentamos la interacción familiar y comunitaria alrededor de la huerta y la crianza de aves, fortaleciendo los lazos sociales y la capacidad de organización local”.
Por su parte, Carlos Buchelly, técnico agropecuario, destacó cómo la iniciativa transforma los hábitos de cultivo, “Llegamos para compartir conocimientos y enseñar técnicas orgánicas. Antes, muchas familias utilizaban métodos químicos; ahora producen hortalizas y alimentos totalmente orgánicos, seguros para sus hijos y la comunidad. Hemos visto cómo estas familias han ganado autonomía, incrementando la variedad de cultivos y aprendiendo a gestionar su propia producción. Esto genera un impacto real en su calidad de vida y en el medio ambiente”.
Con esta labor, EnfraGen Termovalle demuestra que una planta de energía puede ir mucho más allá de la generación eléctrica. Pues su combinación de tecnología avanzada, capacidad de respuesta ante contingencias y compromiso social la consolidan como un actor clave, no solo en la estabilidad energética del país, sino también en la transformación integral de los territorios donde opera, contribuyendo al bienestar de las familias y al desarrollo sostenible de las comunidades rurales.
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