Operación Perseo y la guerra que no termina en el corazón del Cauca
Parque central del corregimiento de El Plateado. Foto:Carolina Bohórquez Ramírez / EL TIEMPO

Parque central del corregimiento de El Plateado. Foto:Carolina Bohórquez Ramírez / EL TIEMPO
Entre los hechos ocurridos durante el año de ejecución de la estrategia, el más recordado por los habitantes es el registrado a comienzos de marzo, cuando 29 uniformados –en su mayoría del Ejército– fueron retenidos en la zona. A ese episodio se sumó el volcamiento de un tanque de guerra de la operación Perseo, que perdió el control mientras perseguía a un disidente que huía por una de las calles del corregimiento.Desde entonces, las asonadas se han vuelto una constante en la región. En lo corrido del año, en distintos municipios del Cauca, se han registrado al menos diez episodios en los que las comunidades han intentado impedir la labor de los uniformados.LEA TAMBIÉN

Magistrado de la Corte Suprema pide anular reposición de votos de campaña del Pacto al Senado por incluir gastos de vuelos de Petro
Un reciente análisis de inteligencia conocido por EL TIEMPO indica que el secuestro múltiple de policías y soldados en El Plateado refleja una dinámica del conflicto marcada por la instrumentalización de la población civil por parte de los grupos armados.
Asonadas contra la Fuerza Pública. Foto:Archivo particular.
Dos miradas de la estrategia
Pese al despliegue de la operación, los habitantes de El Plateado reportan cerca de 200 ataques con drones desde el inicio de Perseo, además de más de 30 hostigamientos y una docena de enfrentamientos con el Ejército. A ello se suma la exigencia impuesta por los grupos armados de portar un carné, con un costo superior a 30.000 pesos, que debe renovarse para poder salir del casco urbano.El balance que reportan las Fuerzas Militares da la otra cara de la estrategia operacional en la zona. Los registros indican que la Fuerza Pública mantiene operaciones constantes en el suroccidente del país, una región donde confluyen economías ilegales, reclutamiento forzado y una guerra híbrida por el control territorial.
Hospital móvil de El Plateado con nueve carpas de campaña. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
De acuerdo con los reportes, entre el 12 de octubre de 2024 y el 8 de octubre de 2025 se han destruido 109 laboratorios e incautado más de 4.000 kilogramos de cocaína. Los decomisos de marihuana suman 2.391 kilogramos y se reportan 32 combates en todo el Cañón del Micay, que incluye El Plateado. También se han destruido 107 artefactos explosivos, además de incautarse 288.554 municiones, 94 armas y la recuperación de 22 menores de edad en todo el territorio.Los ataques con drones se han convertido en una de las principales estrategias de los grupos armados en la región. En los últimos meses, las autoridades han documentado 65 atentados con estos dispositivos. Los informes advierten que el uso de estas tecnologías “fortalece la ofensiva de los grupos armados en zonas rurales donde el conocimiento del terreno y la cooperación de algunos sectores civiles ofrecen ventajas tácticas”.
La zona urbana del corregimiento de El Plateado. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
Las fuerzas del Estado mantienen su despliegue con pelotones apoyados por aeronaves del Ejército, la Fuerza Aeroespacial y la Armada. Entre los medios aéreos reportados para el traslado de tropas y ayudas humanitarias figuran helicópteros UH-60 y aeronaves A-29B, B-206 y C-208, además de vehículos blindados Guardian y Pegaso. Estas acciones buscan recuperar posiciones que fueron abandonadas temporalmente tras las asonadas y restablecer la presencia institucional.
Soldados caminan por las calles del corregimiento. Foto:Cortesía Ejército.
Unos desafíosPara Elizabeth Dickinson, analista sénior para Colombia de International Crisis Group, la ofensiva contra el Estado Mayor Central (Emc) ha mostrado avances en el último año, especialmente en materia estratégica y en la promoción de entregas voluntarias de sus integrantes. Sin embargo, señaló que “persisten dificultades en la articulación interinstitucional para consolidar el control estatal en los territorios recuperados”.La experta agregó que uno de los principales desafíos no radica en el componente militar, sino en la capacidad del Estado para sostener su presencia institucional en las zonas intervenidas. En ese mismo sentido, un líder social del corregimiento recordó la promesa del presidente Gustavo Petro de destinar más de 20.000 millones de pesos para la sustitución de cultivos de coca. “Aquí no queremos más guerra, pero tampoco esos espectáculos mediáticos de los ministros o de funcionarios. Llegan, prometen para que los vean, se van y olvidan los compromisos”, afirmó.Redacción [email protected]Más noticias de Justicia:
Contexto
En la madrugada del 12 de octubre de 2024, la operación Perseo se abrió paso con 1.400 militares, en medio de bombardeos aéreos y ráfagas de disparos que rompieron el silencio del Cañón del Micay. Entre explosiones, las tropas avanzaron protegidas por más de una veintena de vehículos blindados que recorrieron las angostas, empinadas y polvorientas calles del corregimiento de El Plateado, en Argelia, Cauca, considerado uno de los bastiones de las disidencias de Néstor Gregorio Vera Fernández, más conocido por su alias de Iván Mordisco.(Lea: Exclusivo: así se cocinó propuesta de 'Larry Changa', fundador del ‘Tren de Aragua’, para iniciar diálogos con el Gobierno; habló con ‘Niño Guerrero’)El corregimiento está enclavado entre montañas cubiertas de coca y algunos cultivos de ají que sobreviven en la cordillera Occidental. En torno a la parroquia del Divino Niño, núcleo de El Plateado, los habitantes despertaron sobresaltados por la llegada del operativo. Gersaín Silva, campesino de la zona, recuerda que hace un año la comunidad buscaba refugio mientras retumbaban los combates entre las tropas y las disidencias de las Farc, una escena que, según afirma, se repite cada vez que regresa la confrontación.El hombre, de 55 años y oriundo de la vereda La Leona, relata que al escuchar las ráfagas se ocultó bajo el mesón de cemento de su parcela, donde mantiene su cultivo de coca. Aquel día, la ofensiva militar se extendió durante toda la madrugada y al amanecer las calles estaban vacías. Con el paso de las horas, y en medio de la tensión, un grupo de pobladores se congregó en la esquina de la casa parroquial, frente al parque central, donde un mural dice “Yo amo a El Plateado” y rodearon una tanqueta sin imaginar que ese acto marcaría el inicio de las primeras asonadas que, desde entonces, se han repetido contra la Fuerza Pública.
Parque central del corregimiento de El Plateado. Foto:Carolina Bohórquez Ramírez / EL TIEMPO
Entre los hechos ocurridos durante el año de ejecución de la estrategia, el más recordado por los habitantes es el registrado a comienzos de marzo, cuando 29 uniformados –en su mayoría del Ejército– fueron retenidos en la zona. A ese episodio se sumó el volcamiento de un tanque de guerra de la operación Perseo, que perdió el control mientras perseguía a un disidente que huía por una de las calles del corregimiento.Desde entonces, las asonadas se han vuelto una constante en la región. En lo corrido del año, en distintos municipios del Cauca, se han registrado al menos diez episodios en los que las comunidades han intentado impedir la labor de los uniformados.LEA TAMBIÉN

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Un reciente análisis de inteligencia conocido por EL TIEMPO indica que el secuestro múltiple de policías y soldados en El Plateado refleja una dinámica del conflicto marcada por la instrumentalización de la población civil por parte de los grupos armados.
Asonadas contra la Fuerza Pública. Foto:Archivo particular.
Dos miradas de la estrategia
Pese al despliegue de la operación, los habitantes de El Plateado reportan cerca de 200 ataques con drones desde el inicio de Perseo, además de más de 30 hostigamientos y una docena de enfrentamientos con el Ejército. A ello se suma la exigencia impuesta por los grupos armados de portar un carné, con un costo superior a 30.000 pesos, que debe renovarse para poder salir del casco urbano.El balance que reportan las Fuerzas Militares da la otra cara de la estrategia operacional en la zona. Los registros indican que la Fuerza Pública mantiene operaciones constantes en el suroccidente del país, una región donde confluyen economías ilegales, reclutamiento forzado y una guerra híbrida por el control territorial.
Hospital móvil de El Plateado con nueve carpas de campaña. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
De acuerdo con los reportes, entre el 12 de octubre de 2024 y el 8 de octubre de 2025 se han destruido 109 laboratorios e incautado más de 4.000 kilogramos de cocaína. Los decomisos de marihuana suman 2.391 kilogramos y se reportan 32 combates en todo el Cañón del Micay, que incluye El Plateado. También se han destruido 107 artefactos explosivos, además de incautarse 288.554 municiones, 94 armas y la recuperación de 22 menores de edad en todo el territorio.Los ataques con drones se han convertido en una de las principales estrategias de los grupos armados en la región. En los últimos meses, las autoridades han documentado 65 atentados con estos dispositivos. Los informes advierten que el uso de estas tecnologías “fortalece la ofensiva de los grupos armados en zonas rurales donde el conocimiento del terreno y la cooperación de algunos sectores civiles ofrecen ventajas tácticas”.
La zona urbana del corregimiento de El Plateado. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
Las fuerzas del Estado mantienen su despliegue con pelotones apoyados por aeronaves del Ejército, la Fuerza Aeroespacial y la Armada. Entre los medios aéreos reportados para el traslado de tropas y ayudas humanitarias figuran helicópteros UH-60 y aeronaves A-29B, B-206 y C-208, además de vehículos blindados Guardian y Pegaso. Estas acciones buscan recuperar posiciones que fueron abandonadas temporalmente tras las asonadas y restablecer la presencia institucional.
Soldados caminan por las calles del corregimiento. Foto:Cortesía Ejército.
Unos desafíosPara Elizabeth Dickinson, analista sénior para Colombia de International Crisis Group, la ofensiva contra el Estado Mayor Central (Emc) ha mostrado avances en el último año, especialmente en materia estratégica y en la promoción de entregas voluntarias de sus integrantes. Sin embargo, señaló que “persisten dificultades en la articulación interinstitucional para consolidar el control estatal en los territorios recuperados”.La experta agregó que uno de los principales desafíos no radica en el componente militar, sino en la capacidad del Estado para sostener su presencia institucional en las zonas intervenidas. En ese mismo sentido, un líder social del corregimiento recordó la promesa del presidente Gustavo Petro de destinar más de 20.000 millones de pesos para la sustitución de cultivos de coca. “Aquí no queremos más guerra, pero tampoco esos espectáculos mediáticos de los ministros o de funcionarios. Llegan, prometen para que los vean, se van y olvidan los compromisos”, afirmó.Redacción [email protected]
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