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En el Valle existe un cementerio con un monumento levantado por exmilitares y exguerrilleros para rendir homenaje a desaparecidos en el conflicto

El cuerpo de Wilson Lozada fue el primero de un desaparecido en zona del monumento a las víctimas.  Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO

En el Valle existe un cementerio con un monumento levantado por exmilitares y exguerrilleros para rendir homenaje a desaparecidos en el conflicto
El Cementerio municipal de Palmira es más que un camposanto. Representa el escenario donde un monumento y un mural creados este año por exmilitares y por excombatientes que hicieron parte del acuerdo de paz de La Habana honran la memoria de las personas desaparecidas y se aporta a la construcción de paz.
El cuerpo de Wilson Lozada Borrero fue el primero de un desaparecido en un área que rinde homenaje a la memoria por esta y miles de víctimas del país.

El cuerpo de Wilson Lozada fue el primero de un desaparecido en zona del monumento a las víctimas.  Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO

De acuerdo con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), esta fue una obra de construcción conjunta por la reparación y la reconciliación, así como por la interlocución de actores históricamente distanciados por el conflicto armado. Fue anunciada en mayo pasado y tres meses después, durante la mañana de este 26 de agosto fue sepultada la primera víctima de desapariciones durante el contexto del conflicto armado en el Valle del Cauca.
Para este propósito, la Fundación Comité de Reconciliación, la Corporación Humanitaria Reencuentros y la Corporación Regional para el Desarrollo, con el apoyo de Pastoral Social de Palmira, lograron tejer una red de apoyo a la UBPD y al Instituto Nacional de Medicina Legal, reuniendo a exmilitares que, además son comparecientes ante la Justicia Especial para la Paz (JEP) con firmantes del acuerdo. 
El cuerpo de Wilson Lozada fue el primero de un desaparecido en zona del monumento a las víctimas.

El cuerpo de Wilson Lozada fue el primero de un desaparecido en zona del monumento a las víctimas. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO

"Ha sido un proceso de construcción permanente y colectiva, donde se fueron uniendo firmantes de paz, familiares víctimas, comparecientes y otras entidades estatales y no estatales que unieron sus voluntades para construir paz", dijo la directora de la Unidad de Búsqueda, Luz Janeth Forero Martínez. 
"Aquí, más que un monumento, dejamos sembradas evidencias para la no repetición, porque la desaparición de personas es algo que en Colombia tiene que ser erradicado”, señaló la funcionaria. 
El cuerpo de Wilson Lozada fue el primero de un desaparecido en zona del monumento a las víctimas.

El cuerpo de Wilson Lozada fue el primero de un desaparecido en zona del monumento a las víctimas. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO

"Nos juntamos para encontrarles. Solo desaparece quien se olvida", son las palabras en el mural, acompañadas de representaciones de un abrazo para simbolizar el reencuentro esperado entre las familias y la reconciliación entre las partes antiguamente antagonistas", aseguró la directora de la Unidad de Búsqueda.
Allí, hay mariposas que significan la transformación y la resiliencia de las personas buscadoras de sus seres queridos con flores violetas con una frase desgarradora: "No me olvides" (que evoca la memoria y el amor persistente). También hay flores amarillas, de Guayacán, que simbolizan la fortaleza y resistencia en la búsqueda.
La directora de la UBPD también sostuvo que la articulación entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Palmira, la Secretaría de Paz Territorial de la Gobernación del Valle y la Universidad Javeriana ha permitido avanzar hasta ahora en la documentación de casos de desaparición, mediante entrevistas y aportes de información.
"Hemos venido impulsando este proceso desde hace dos años y jamás nos imaginamos que tiempo después estuviésemos en un escenario como este, con quienes fueron en su momento la contraparte en armas y que hoy ambas voluntades se materializaran no solamente en palas, en brochas y pintura, sino en una apuesta por la búsqueda de todas las personas desaparecidas", manifestó  Jhon León, de la Corporación Humanitaria Reencuentros.
"Este es un ejercicio que hay que replicar en todo Colombia, aquí hay unas personas que están buscando a sus seres queridos y nosotros tenemos que dignificar como miembros de la fuerza pública", sostuvo el director del Comité Fundación para la Reconciliación, Diego Bareño.
Zona del monumento a las víctimas desaparecidas durante el conflicto armado.

Zona del monumento a las víctimas desaparecidas durante el conflicto armado. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO

Fue así que como parte de una nueva fase que permita contribuir de otra manera a la búsqueda de las personas dadas por desaparecidas en el Valle del Cauca, fue reabierto un espacio para la preservación y el cuidado de cuerpos recuperados que no han podido ser identificados con celeridad. Era llamado el 'Patio del olvido' y hoy es parte del área del monumento para la preservación de cuerpos de personas desaparecidas. 

La primera inhumación de un desaparecido en el sitio de un monumento en Palmira

El primer desaparecido cuyo cuerpo en ser inhumado en esta zona del cementerio de Palmira del monumento por estas víctimas, el antiguo 'Patio del olvido' fue el de Wilson Lozada Borrero. Su madre, Marisela Borrero, lo vio con vida por última vez cuando tenía 19 años. Era el 2001, cuando desapareció en Chaparral, municipio de Tolima.
"Doy gracias a Dios por este encuentro de mi hijo y quisiera que las madres que están buscando a sus hijos los encuentren también. Así como fue posible el encuentro de mi hijo, que hace 23 años me lo desaparecieron en esta guerra que no tiene fin. Pero siempre soñé con esto, así sean, los restos que me entregaran de él. Pero ya puedo saber dónde está, dónde reposa mi hijo. Les doy gracias a Dios y a todas las personas, que me dieron palabras de aliento, amor", contó doña Marisela. 
"Yo sentí inseguridad antes, cuando me contactaron para decirme sobre el hallazgo de mi hijo. Después se me quitó esa inseguridad, ese miedo y siguió el proceso y fue cuando se tomó la prueba de ADN. Fue muy ligero, digo yo, porque tantas personas están en espera. Me decían que había que tener paciencia. Yo dije sí y vea, los tiempos de Dios son perfectos y le doy gracias a mi Creador porque hizo posible esto", dijo la señora, mostrando un estado de tranquilidad en una catarsis a un doloroso episodio de su vida y de su familia.

'Es lo más bonito que pude tener, encontrarme con mi hijo'

"Esto es lo más bonito que yo he podido tener, este encuentro con mi hijo, gracias a Dios. Él ya está descansando en un lugar bastante especial, un lugar que fue pensado para los desaparecidos. Que sea el primero en estar en esta zona del monumento es un privilegio para mi muchacho poder estar en este lugar", añadió la madre. 
"Hace 23 años desapareció y duré un tiempo, deseando que regresara vivo. Era cariñoso, pero después dije, no, él ya no viv. Dios me ha dado hoy mucha paz, me ha dado una gran fortaleza que no esperaba", comentó doña Marisela, contando que ha recibido asesoría psicológica. 
"Nuestro trabajo se basa en la esperanza, básicamente en la insistencia en conseguir información que nos pueda permitir dar con la ubicación de personas desaparecidas y con la identidad. Hacemos entrevistas con los familiares, con personas que participaron en el conflicto, con personas que quizás tuvieron conocimiento de hechos del conflicto y así hemos ido logrando tener ubicaciones, paraderos, localizaciones", explicó Marcela Rodríguez, investigadora humanitaria de la Unidad de Búsqueda.

670 cuerpos, en el Cementerio de Palmira

El cementerio de Palmira es un lugar crucial para la búsqueda de personas desaparecidas. Según información recopilada por la Unidad de Búsqueda, desde 1982 se han registrado 670 cuerpos en este camposanto de personas no identificadas (CNI) y cuerpos identificados, pero no reclamados (CINR) que corresponderían a personas desaparecidas en acciones del conflicto armado provenientes de Florida, Pradera, Palmira, Candelaria y El Cerrito, en el Valle del Cauca, así como del norte del vecino departamento del Cauca y de Rioblanco, en Tolima.
Actualmente, la UBPD está enfocada en la localización de 17 personas desaparecidas en este lugar. En este proceso ha logrado recuperar 36 cuerpos.
Para agilizar este proceso, los cuerpos inhumados después de 2007 están siendo analizados mediante la metodología de verificación por correspondencia, lo que permite avanzar en la identificación y entrega a sus seres queridos en un trabajo conjunto entre la la Unidad de Búsqueda y el Instituto Nacional de Medicina Legal.
Según la UBPD, son 132.877 personas desaparecidas en contexto de conflicto armado a nivel nacional, de acuerdo con el último reporte. En el Valle del Cauca, la cifra es de 8.252 víctimas desaparecidas durante el conflicto armado al 2016.

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